La Pastorcita, según cuenta Alonso Vega Gamboa, hijo de la familia y heredero de la finca, es parte de la segregación de un terreno mucho más grande que perteneció a su abuelo Nicomed Gamboa y que data de unos 100 años.
Don Nicomed heredó esas tierras a sus hijos y ellos posteriormente a los suyos. Como parte de esa historia, La Pastorcita es “una bendición de Dios y orgullo de su madre y de sus abuelos”, como Alonso lo señala.
Pese a que él nunca conoció a su abuelo, desde niño visitaba la finca de los tíos durante las vacaciones escolares, su interés por los animales de corral se fue haciendo cada vez más grande y aprendió a ordeñar las vacas y cuidarlas adecuadamente.